Las autoridades sanitarias reconocen que México tiene uno de los índices más altos de obesidad infantil en el mundo y para combatir el problema la Asamblea Legislativa del Distrito Federal propone revisar la utilidad de los deberes escolares.Según el diputado Pablo Pérez, autor de la iniciativa, los ejercicios después de clases pueden ser "nocivos" porque fomentan el sedentarismo, causan estrés y provocan obesidad en los niños.
Con este tipo de declaraciones se pueden derivar varias cosas:
Los diputados creen que los niños gordos son más inteligentes que los flacos, pues hacen sus tareas.
Los flacos, no trabajan y por lo tanto no comen (?) Si hacemos que los gordos dejen de trabajar, automáticamente bajarán de peso.
Los diputados proyectan sus traumas infantiles.
Es inexplicable que algunos diputados estén tan gordos, pues por sus declaraciones se les nota a leguas que NUNCA hicieron la tarea o se molestaron en leer.
Suponiendo que la propuesta les funcione, los niños estarán más flacos, pero también serán unos incultos. Lo más probable es que comience la producción de gorditos en masa incultos: llenarán su tiempo libre comiendo garnachas.
¡Regrésenme a la primaria!
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Es cierto lo que dice Luís García (ver la nota): No se sabe si el que los niños dejen de hacer tarea vaya a ser garantía de que practiquen deporte. Pienso que eso va más a un cambio cultural y social (el cual, al igual que la política) es un tanto utópico. Se necesita cambiar bastante para poder modificar hábitos de alimentación tan arraigados en este país.
ResponderEliminarPues bien...
ResponderEliminarSegún estas declaraciones... entonces Carstens es un sabio gordo??Lo dudo porque sus declaraciones dejan mucho que desear.
Creo que muchos de los políticos hablan a lo pendejo, nomás hablar por hablar.
Considero que la salud se aprende desde casa. Claro si ves a tu mama, papa y hermanos, tragar como cerdos y después dormir, beber refresco, no te ponen lunch y además comen super grasoso y hasta reventar pus cómo chingados no van a estar gorditos los niños.
Creo que este problema tiene sus raíces sociologicas, salubles y educacionales que aún le faltan al país y que se hacen ido perdiendo con el tiempo, el ajetreo y el cambio del estilo de vida.
Aunque por supuesto es descabellado establecer un vínculo directo entre tareas y gordura, habría habría que sacarle provecho a esta iniciativa. Efectivamente muchas de las tareas --yo me atrevería a decir que el 80%-- que se dejan en nivel primaria y secundaria son completamente inútiles. Más que provocar la gordura, conducen al sedentarismo mental (ilustrar y repetir 10 veces cada palabra que el profesor escribió en el pizarrón) así que, aunque claro que no combatirán la obesidad, mínimo podría reformarse algo en materia educativa. Aunque tras los fantásticos resltados de la RIEB, lo dudo.
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