jueves, 28 de enero de 2010

Un pequeño problema


Estimado lector: Considere esta entrada nada más como los desvaríos de un joven estudiante de periodismo/comunicación, interesado en temas como Internet, periodismo, democracia, libertad; etcétera, etcétera.

¿La democracia cuesta? ¿Cuánto o cómo se debe pagar por ella? Pregunta difícil, lo sé. Intentemos con otra ¿Internet es libre, lo que se dice libre?
Yo lo amo. Me permite publicar este blog sin pagar un centavo. Puedo leer las noticias de una infinidad de periódicos, revistas completas, libros y acceder a una cantidad de documentos inimaginable. Pero, ¿es justo que se puedan obtener de manera gratuita estos contenidos?
Creo que alguien tiene que pagar, porque cuestan. Es un trabajo que nadie (o muy pocos) hace gratis. Por ejemplo, cuando yo sea periodista quiero que me paguen, y bien. No mucho, ni poco; sólo lo justo y necesario. Pero si debido a Internet todos estos productos culturales se pueden obtener de manera gratuita, ¿quién pagará por ellos?
Esto es un conflicto. Porque también estoy convencido de que todo mundo debe tener acceso a la información. Música, libros, películas; esas cosas que me encanta descargar de Internet y compartir. Si bien difundo la cultura, también le causo un daño económico a los autores de dichas obras.
El problema está en boga, y se seguirá discutiendo [seguramente mucho más lucidamente que aquí] debido a la importancia que esto reviste en nuestros días. ¿Cómo conciliar la libertad de compartir y difundir información con la necesidad de retribuirles a quienes la elaboran?
En algunos países [el gran ejemplo es Gran Bretaña y la BBC] los habitantes pagan una cuota para tener derecho a los servicios de información, comunicación y cultura. Hay un consejo ciudadano por medio del cual se regula la calidad de los contenidos, de modo que no se producen porquerías. El costo no es muy elevado, y todos (o casi) pueden pagarlo.
Pero, ¿cómo hacer con los bienes culturales? En algunos casos ponerles precio excluye a quienes no pueden pagarlo, pero que tienen derecho a consumirlo. Puede que los necesiten, incluso.
No tengo idea de cómo se podría hacer. Tengo la impresión de que primero se deberían resolver iniquidades más elementales: Antes que Internet hace falta democratizar el agua, los recursos naturales, los derechos a salud, alimentación, vivienda, educación y trabajo.
Luego de montar injusticia sobre injusticia resulta que somos muy pocos los que podemos acceder a esta maravilla que es Internet. Y no la estamos aprovechando todo lo que podemos. No estamos pensando en la manera de extender esta red, con toda su inmensa riqueza de recursos, para hacerla llegar a aquéllos que aún no pueden conectarse y así beneficiarnos todos. No es un problema tanto técnico como económico-social. La brecha digital nos aleja.
Por lo pronto veré si puedo subir a un sitio mis libros en formato digital. Tal vez así sí logre atraer cierto tipo de lectores. En fin.
Es todo por ahora, querido lector, y si usted tuvo la paciencia de leer hasta aquí no me queda más que decirle
Gracias

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