viernes, 5 de febrero de 2010

Frases y desvaríos: la primera semana

Estimado lector: éstas no son más que notas azarosas y dispersas sobre mi primer semana de regreso a la Universidad. De modo que si tiene algo mejor que hacer, hágalo, que esta entrada no es de mayor interés. Ahora que si no, pues adelante. Conste que yo se lo advertí.

Notas y frasecillas rescatables:
El mérito es el náufrago del alma: vivo se hunde; pero muerto, ¡flota!
Salvador Díaz Mirón
*Los egresados de esta facultad, y de esta Universidad, debemos estar cobijados por principios éticos.

*El periodista como cronista social, debe hacer consciencia. Observar, sí, pero tratar de averiguar el porqué. No olvidarse de fomentar el compromiso social, ni el estilo narrativo.

Desvaríos personales sobre la semana:
Mis grupos... están bien. Planeación de empresas editoriales me entusiasma desde que, de un tiempo para acá, me he hecho a la idea de que me gustaría trabajar en el área de corrección y edición de... no sé dónde. Lo malo es que en el grupo hay unos tres nefastos que andan por la vida diciendo estupideces impunemente, en fin.
Taller de periodismo se ve bien. La profesora es buena, estuvo en Proceso un buen tiempo y nos hará trabajar. Promete periodismo más o menos en serio: No sólo redactar la información, sino buscarla, trabajar con una fuente. La cosa es que eso de la reporteada como que me intimida, como que no soy buena con la gente ni me agrada mucho meterme en ambientes desconocidos con personas extrañas. Se me hacen situaciones hostiles. Ya veré si supero mis temores y termino como reportero estrella de... (Ejem, baja de la luna) o si definitivamente me encerraré a leer, corregir y editar.
La cosa de las materias optativas me abruma. Me gustaría elegir una, pero no sé cuál. La que metí no es lo que quería. Apreciación estética y narrativa es más como de arte, y para eso ya tengo apartado mi corazoncito estudiantil hacia otro profesor, con quien me siento casi casi obligado moralmente a cursar otra materia: Arte y comunicación visual.
Pensé en llevar una matieria de otra de las opciones terminales de la carrera, Comunicación política, porque me la pintaron como una orientación para avanzar en la tesis. Como ya más o menos tengo definido el tema, me entusiasmé, y aunque al principio la clase parecía bien, el profesor terminó casi dictándonos El origen de la familia, la propiedad y el Estado de Engels. Comprenderán que me decepcioné.
Luego se me ocurrió meter otra materia, esta vez de Producción audiovisual, con Javier Corral, el diputado del PAN que se la armó de bronca a Televisa y TvAzteca para echar abajo la amañada ley de medios. Pero la vez que me asomé a su clase iba blindado de adjuntos (léase, achichincles, auxiliares para clase), y pronto supe que casi nunca va.
Por lo pronto no sé lo que haré. Si no meto optativas sentiré que pierdo el tiempo, y si meto una que no me gusta o no me sirve, me sentiré peor: usado, engañado, desilusionado.
Para complicar aún más las cosas, resulta que puedo meter como optativa cualquier materia, no sólo de las otras opciones terminales en Comunicación, sino de las otras carreras de la Facultad (Sociología, Ciencia Política y Administración Pública, Relaciones Internacionales), e incluso de otras Facultades y Escuelas de la Universidad Nacional (lo que incluye tanto a Filosofía y Letras como a la Escuela Nacional de Artes Plásticas). De modo que tengo una oferta casi infinita sobre la cual decidir. Las limitantes son mis intereses y horarios. Tengo hasta el martes para hacer mis cambios, al menos para este semestre. A ver qué decido.

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