martes, 8 de diciembre de 2009

¿Qué hay que celebrar?

No puedo entusiasmarme con el fin de año, cuando la recomendación es "no se gasten todo el aguinaldo porque lo peor de 2010 será durante los primeros meses". Además de la crisis, la violencia ha sido a tal grado descomunal que no deja ánimos para celebrar, por más que el año que viene ya sea de los esperadísimos Centenario y Bicentenario.
Pero eso sí, para que no nos agüitemos con las cifras del horror...
[En Ciudad Juárez, Chihuahua, entre principios de 2008 y septiembre de 2009 hubo 3 mil 052 homicidios atribuidos a la violencia de los cárteles de la droga, según la Comisión Estatal de Derechos humanos. (La verdad es que ni siquiera puedo imaginarlo o tratar de comprenderlo; simplemente me horroriza) Lea la nota completa acá]
... arman circo maroma y teatro. Al menos en la capital, Marcelo Ebrard se pone a romper récords Guinnes. Que si nuestro árbol de navidad es el más grande del mundo, incluso más que el de Brasil (que se ha ganado a pulso el liderazgo de América Latina); y las pistas de hielo, porque hay dos: una para niños y otra para adultos... Todo sea con tal de que la felicidad navideña nos invada.
Inauguran pistas de hielo en Zócalo Ebrard enciende árbol navideño más grande del mundo
Lea las notas completas acá y acá

La verdad es que ya no sé, tal vez después de todo tengan razón en querer distraernos, no vaya a ser que en una de ésas...
Personalmente no me gusta la idea de que el 2010 traiga consigo una guerra, revuelta, revolución o como se les dé la gana llamarlo, pero (quiero creer que se debe a que soy demasiado joven y fácilmente impresionable) cada vez que abro el periódico me doy cuenta de que está cabrón. Ahí están todos los ingredientes: Crisis financiera, descomposición social, ultra violencia...
¿Feliz navidad y próspero año nuevo?
Como quiera que sea el año entrante, con o sin movimiento armado (ojalá que no), me gustaría que las personas tuvieran en claro lo siguiente: Los problemas de este país se solucionarían si cada uno hiciera lo que tiene que hacer. Nada más, pero tampoco nada menos.
Así que por favor, cada quien a lo suyo.
Los que tengan que protestar (o sea, todos los que somos ciudadanos), que lo hagan. Pero sin perder de vista que hay muchas formas de organización y de presión social, no necesariamente violentas o que afecten a terceros.
Los que tengan que sentarse a escuchar las demandas de los primeros, que lo hagan (caramba, ya es hora ¿no?), pero no sólo para evitar un conflicto, sino porque esa sería la manera de sacar al país del tremendo hoyo en el que está atorado. Lo cual, dicho sea de paso, nos beneficiaría a todos, no nada más a unos cuantos.
Ya sé que eso del Bien común suena más platónico que nada (en el sentido de irrealizable), pero a la gente necia como yo le gusta pensar que sí es posible. Es apostarle a la democracia como tal. Si no, pues de una vez nos sacamos los ojos, y nos matamos con palos y piedras ¿No?
[Nota: el remate del texto debe interpretarse como un sarcasmo y NO como un llamado a la violencia.]

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